Estas palomas no son simplemente figuras de papel; son símbolos vivos de paz, concebidos a través de las mentes creativas y los corazones llenos de esperanza de los pequeños artistas de la Academia. En cada pliegue, en cada color y en cada textura, se reflejan las identidades individuales y colectivas que nos unen como pueblo.  

La Academia de Arte del CDI es testigo de la magia que surge cuando la creatividad se combina con el deseo de construir un mundo mejor. Cada paloma es más que una obra de arte; es un mensaje universal de amor y armonía, un lenguaje que trasciende las barreras de idiomas y fronteras.

En medio de este mar de palomas, hay un mensaje silencioso pero poderoso: cada paloma representa un día más en el que recordamos a aquellos que no están es sus casas y que no perdemos la fe por su regreso. Es un homenaje a su memoria, y una motivación para seguir construyendo un mundo en el que la paz sea una realidad palpable.